Historia del Colegio

La Congregación Religiosa, Apostólica y Pontificia de los Sagrados Corazones de Jesús y de María (SS.CC.) vio la luz en Paris, Francia, durante la nochebuena del año 1800.


Históricamente, se reconoce como sus fundadores a Pierre Coudrin y a Henriette Aymer de la Chevalerie, religiosos de origen francés.


De hecho, la residencia de esta última, una mujer de familia muy acomodada, fue la primera casa de la naciente orden religiosa, y por estar ubicada en el barrio de Picpus dio a sus religiosos el epónimo con que se los conoció desde un inicio: padres y monjas de Picpus.


En 1825, la Santa Sede le encarga a la congregación la misión de evangelizar las Islas Sandwich, que hoy conocemos como archipiélago de Hawai. Lamentablemente, una serie de conflictos con predicadores metodistas norteamericanos llevan a la orden a reorientar su mirada evangelizadora hacia las islas del Pacífico Sur en 1833.

De acuerdo con esta nueva visión, el 31 de Enero de 1834 zarpan del puerto de Burdeos dos sacerdotes franceses y un catequista irlandés a bordo del velero La Sylphide, con dirección a la zona más oriental de oceanía. Tras cruzar el Cabo de Hornos, llegan el 13 de Mayo al puerto de Valparaiso, escala obligada en su prolongada travesía marítima.

Uno de los curas era el R.P. Juan Crisóstomo Liausu SS.CC. que una vez en suelo chileno decide establecer una residencia provisoria para los misioneros que fueran desplazándose entre Francia y las islas que habrían de ser evangelizadas.

Recibe el Padre Crisóstomo el apoyo del R.P. Andrés Caro OFM, que le cede un local para tal propósito. Empero, el franciscano se aprovecha para comprometerlo en labores pedagógicas. Cuan satisfactoria habrá sido esta experiencia para que el cura francés decidiera en 1837 abrir el primer colegio de los SS.CC. en Valparaiso.


En los años venideros se fundarían nuevas instituciones educativas en varias ciudades chilenas, dedicadas a la formación de niños y niñas, y regentadas por sacerdotes y monjas de los SS.CC. respectivamente.

A mediados del siglo XIX la congregación SS.CC. decide establecer una Casa Provincial para toda sudamérica en la capital chilena. Es en esa misma época que llegan a Lima sus primeras religiosas, las que poco después fundarían el Colegio Belén, en 1848.


Con la intención de replicar su cincuentenaria experiencia educativa en los varones de nuestra capital, el embajador peruano en Santiago interpone sus buenos oficios para que el Provincial disponga la llegada de una delegación de curas franceses a fin de crear un nuevo colegio.

Era 1884, y había ahora que buscar un lugar aparente para acoger a los sacerdotes y edificar la escuela. Por suerte, los padres Dominicos Recoletos habían hecho abandono en 1868 del complejo religioso que fundaran a inicios del siglo XVII, pasando éste a poder de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima.


Dicho complejo incluía el antiguo convento, tugurizado por gentes de mal vivir, la iglesia de la Recoleta Dominica, incendiada en 1882, y una serie de terrenos colindantes. Para beneplácito de todos, nuestro gobierno le otorga la administración de estos predios a la orden de los padres franceses.


A su llegada a Lima, recibirían la importante colaboración del peruano Francisco de Sales Soto, quien llegaría a convertirse en Primer Obispo de Huaraz y fundador del Seminario Diocesano de dicha ciudad.


En 1885 se instala la primera comunidad de padres de los SS.CC. y tan solo un año después, el lunes 21 de Junio de 1886, se inauguraría un nuevo templo, ahora llamado Recoleta de los Sagrados Corazones.


Pasarían unos años más para ver materializado el sueño original con el inicio de las actividades curriculares del Colegio de la Recoleta en 1893, bajo la dirección del R.P. Engelberto Blum SS.CC.


Con respecto a nuestra denominación, debemos aclarar que la impuso la fuerza de la costumbre, que como siempre tiende a simplificar las cosas. Hasta entonces todos los establecimientos fundados en Chile se llamaban simplemente Colegios de los SS.CC. seguidos del nombre de la ciudad donde se instalaban.

Sin embargo, en nuestro caso los terrenos cedidos para la edificación correspondían al antiguo complejo dominico recoleto desde inicios del siglo XVII. Por ello la iglesia del costado era por todos llamada de la Recoleta, lo mismo que la plazuela de su frontis, corriendo la misma suerte el nuevo colegio.


La primera promoción del colegio egresó en 1900, y es por ello que la de 1979 es su octogésima camada, de donde deriva nuestro nombre de Promoción LXXX.

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